28 de mayo de 2011

Renacer.

27 de Mayo. Cumplo veinte años.
Este año supongo que ha sido de los peores de mi corta vida, se puede notar en todo lo que he escrito, el pesimismo se adueña de la mayoría de todas sus lineas, y un día sales dispuesta a comerte el mundo, y otro día el mundo te come a ti. Se nota la inseguridad, la desconformidad y la desilusión. 
He podido llegar a sentirme la persona más insignificante del mundo, he llegado a adaptar mi personalidad a los demás sólo por comodidad, esa que dicen que vas confeccionando con los años y en tan sólo uno he organizado un desbarajuste en ella que va a necesitar tiempo para recomponerse de nuevo.
Y yo que tan orgullosa estaba de ella, la paseaba con una satisfacción admirable, ahora disimula y apenas se deja ver.
Veinte años. Siempre digo, en mí no tengo nada extraordinario, no soy extremadamente guapa, ni extremadamente inteligente, no se me da bien la música, y no he destacado ni en estudios ni en deporte; al menos, no lo suficiente para presumir de ninguno de ellos. 
Pero siempre he presumido de dos cosas: la primera, una familia codiciable. Y unos excelentes  amigos, de los de toda la vida, de los que se separan por un tiempo, y su amistad no se debilita, al revés, se fortalece.
Y otras amigas, recientes, pero imprescindibles en mi vida.
Este año no tengo mucho que celebrar, únicamente los buenos momentos pasados y los buenos momentos futuros, lo que aún están por llegar.


El ave fénix, arde entre las llamas, muere y renace eternamente, de entre las cenizas.

25 de mayo de 2011

Augurio.

Hace dos meses escribí un augurio de lo que actualmente está pasando en España, lo titulé A los jóvenes adormecidos (lo podéis ver aquí: http://douceeuphorie.blogspot.com/2011/03/los-jovenes-adormecidos.html).
Voy a dudar de mis dotes de profetisa y voy a pensar que esto era algo que tarde o temprano iba a ocurrir, dependiendo de la paciencia y aguante de la mayoría. 
Hace dos días llamé a mi padre para decirle que iba a pasar la tarde en la acampada de Granada, después de la conversación me dijo: "Sabía yo que al final acababas en algún tinglado así". Me recordó que cuando era pequeña viendo por televisión un vídeo de unos policías pegando a unos manifestantes, le contesté: "Ojalá cuando sea mayor pase algo y tenga que salir a manifestarme, me imagino corriendo delante de la policía".
El comentario no se si se debe porque quería ser activista mientras otras querían ser profesoras, por formar parte de un suceso importante con los que aburrir a los pequeños o por el simple hecho de la euforia del momento.
El caso es que lo que escribí hace justo dos meses parece ser el previo a todo lo que estamos viviendo desde el 15 de Mayo. ¿Servirá? Está por determinar, pero puede que al igual que yo estoy estudiando ahora mismo la Revolución del 68, dentro de unos años se estudie la Revolución del 2011.
Me despido con José Saramago: "Es hora de aullar, porque si nos dejamos llevar por los poderes que nos gobiernan, y no hacemos nada por contrarrestarlos, se puede decir que nos merecemos lo que tenemos."


http://xn--antoniomuozmolina-nxb.es/2011/05/hora-de-despertar/  Sencillamente, buenísimo.

23 de mayo de 2011

Bendita ignorancia.

Pocas personas saben que todos tenemos un punto ciego en la vista, cuando eres pequeño ese punto puede ser la inocencia.
En esa etapa en la que los mayores te hacen de lazarillo y te van guiando, y tú con una confianza plena en ellos, los sigues.
Luego te preparan para el mundo, sales a él, vas tomando tu propio camino y tus propias decisiones.
Y cuando por fin tienes toda la libertad y toda la responsabilidad que querías, te das cuenta que el mundo de adultos que tanto interés despertaba en ti, deja mucho que desear y te acuerdas de esa bendita ignorancia que te hacía soñar y que ahora sabes que algunas de esas ilusiones jamás se harán realidad.

18 de mayo de 2011

Nubes negras.

Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.

15 de mayo de 2011

Belleza real.

¿En qué momento se unió la sociedad y decidió que ahora solo se llevarían las jirafas demacradas?
Perdonad mi actitud agresiva pero no sé cuando se empezó a cambiar el canon de belleza por el que tenemos ahora.
Supongo que hay que tener una personalidad fuerte y una autoestima muy alta para que al terminar de leer una de estas revistas tipo Glamour, Elle, Vogue… no empieces con una dieta digna para acabar como la mayoría de las que salen en sus páginas, que tiemble Kate Moss.
Porque si, a todas nos gustaría tener el pelo de Jennifer Aniston o  Gisele Bundchen, la cara de Megan Fox y las piernas infinitas de Adriana Karembeu, de sueños de papel viven algunos.
Sueña si quieres, pero sólo tienes un cuerpo, lo puedes mejorar pero no cambiarlo de una forma tan drástica.
Decía mi querido José Saramago “Todos me dicen que me debo cuidar más, hacer deporte, pero aún no he escuchado decirle a un deportista o a un modelo que lea más”
Llega la época del destape y con esto del cambio climático te quitas el abrigo y las botas, y a la siguiente semana ya estás luciendo blanco nuclear con tirantes y sandalias.
Y llegan las prisas, las dietas milagro y demás artimañas.
Hace unos días descubrí que una amiga estaba en uno de esos momentos, le dije ¿Qué quieres adelgazar? Ponte unas zapatillas de deporte y corre, como si tu vida dependiera de ello.
¿Quieres ver mujeres reales? Entonces no abras ni una de las revistas que he nombrado, sal a la calle y mira, mujeres seguras de sí mismas, con un paso tan firme merecedor de las mejores pasarelas.

8 de mayo de 2011

Intenciones.

En la vida solo hay una cosa segura, aparte de la muerte y las dificultades. No importa lo mucho que lo intentes, no importa lo buenas que sean tus intenciones: vas a cometer errores, vas a hacer daño a la gente, van a hacerte daño y si quieres recuperarte sólo hay una cosa que puedes decir, perdón.
Sin el perdón nunca se ajustan las cuentas, las viejas heridas nunca se curan, y lo máximo que podemos esperar es que un día tengamos la suerte de poder olvidar.