30 de abril de 2011

No estoy perdida, solo estoy divagando.


Adele, Adele... la descubrió mi hermano, el enamoramiento por su voz me lo atribuyo a mi.


Llega un momento en la vida en el que oficialmente, eres adulto. De repente ya eres mayor para votar, beber y tomar parte en actividades de adultos. 
La gente espera que seas responsable, serio. ¿Pero acaso maduramos de verdad? Algunos esperan que al cumplir los 18 notemos un cambio, controlemos nuestras emociones, nos adaptemos a cualquier situación de una manera serena. Crecemos, envejecemos...
Pero la mayoría de veces, seguimos teniendo los mismos problemas que cuando teníamos 15 años, no importa cuánto crezcamos, o cuánto envejezcamos, siempre estamos tropezando. 
Cuando eres pequeña, la noche da miedo porque se esconden monstruos bajo la cama, aparecen sombras.
Cuando te haces mayor, los monstruos son diferentes. Falta de confianza en uno mismo, soledad, arrepentimiento, inseguridad; y aunque seas mayor y más sabio, te sigue dando miedo la noche.
Dormir. Es lo más fácil de hacer, pero para muchos, dormir parece estar fuera de su alcance.
Pero una vez que nos enfrentamos a nuestros miedos y nos entregamos a los demás, la noche no da tanto miedo porque nos damos cuenta de que no estamos completamente solos en la oscuridad.


  Eternamente… jóvenes.

25 de abril de 2011

Heridas

He visto como unos dedos largos y helados acariciaban lentamente mi pecho, he sentido su beso de escarcha y el vacío que iba dejando mientras me recorría.
He respondido bien, aunque estaba muriéndome por dentro, maldito orgullo.
He notado heridas en sitios recónditos, heridas que a veces no se curan, de esas que nos acompañan a todas partes. Me han dolido sitios que ni siquiera sabía que tenía dentro de mí.
Y mientras tanto, sin saber cuánto durará esto, llegará el momento en el que volveré a recomponerme y esas heridas tal vez se vuelvan cicatrices.



6 de abril de 2011

Respuesta fugaz

Desde el momento en que nos despertamos por la mañana hasta el momento en que nuestra cabeza se posa en la almohada por la noche, nuestra vida está llena de preguntas. La mayoría son fáciles de responder y se olvidan enseguida, pero otras preguntas son mucho más difíciles de hacer porque tenemos miedo a la respuesta...  ¿Y qué pasa cuando nos hacemos esa pregunta tan difícil y obtenemos la respuesta que esperábamos? Bueno, entonces es cuando empieza la felicidad.
Y cuando ya tienes todas las respuestas a tus preguntas llega el universo y te cambia de preguntas.