25 de agosto de 2010

Los impulsos

En cualquier momento los 14 billones de neuronas del cerebro disparan impulsos a velocidades de 725km/h. No las controlamos la mayoría de veces. Cuando sentimos un escalofrío, nos estremecemos, nos emocionamos, adrenalina, ahí están.
El cuerpo obedece de forma natural a sus impulsos… Por eso es tan difícil controlarlos. Claro que algunas veces tenemos impulsos que preferimos no controlar… que más tarde preferiríamos haber controlado.
El cuerpo es un esclavo de sus impulsos. Pero hay algo que nos vuelve humanos… y que podemos controlar. Después de la tormenta, después de la carrera, después de revivir un momento pasado podemos relajarnos y limpiar nuestra mente. Podemos intentar olvidar el pasado… y otra vez.

24 de agosto de 2010

El Karma.

A veces hasta la mejor de las personas toma decisiones precipitadas, malas decisiones, decisiones de las que somos conscientes que nos arrepentiremos a la mañana siguiente;
Bueno tal vez no del todo, porque por lo menos nos hemos lanzado pero… aún así algo en nuestro interior decide hacer una locura que sabemos que se dara la vuelta, pero aún así, decidimos hacerlo de todos modos.
Algo que después, nos devuelve nuestros actos... es el Karma.
De una forma u otra nuestro Karma nos obligará a enfrentarnos a nosotros mismos, podemos mirar al Karma a los ojos o esperar que nos ataque por la espalda, de un modo u otro nuestro Karma acaba encontrandonos.
No podemos quejarnos de nuestro Karma, no es injusto, no es inesperado, sólo iguala la balanza. Incluso cuando estamos a punto de hacer algo el Karma siente tentaciones de mordernos el culo, aunque... nos da igual.

18 de agosto de 2010

La búsqueda..

¿Buscamos el amor realmente? ¿O en esa búsqueda se mezclan otras intenciones ? ¿Quizá la estabilidad, la seguridad? ¿Es un acto egoísta el buscar el amor, puesto que nos sentirnos bien con nosotros mismos al encontrarlo? ¿Existe una necesidad real de amor, de dar y recibir afecto, o nos la inventamos para justificar ciertos comportamientos?
Para empezar nuestra búsqueda se basa en una idealización, totalmente irreal, del amor. A veces incluso no buscamos enamorarnos de alguien, sino del amor, de nuestra idea de amor. Queremos vivir eso que imaginamos o creemos que debe ser. Hay gente encantada con sufrir por amor, puesto que cree que debe ser así. Nada más alejado de la realidad.
Evidentemente tienen que existir problemas, pero no es tan lógico ligar un sentimiento tan excepcional como el amor, con otro tan distinto como el dolor.
Anularte a ti mismo o dejarte anular por el otro, de lo que piensa y lo que espera de ti, tampoco es signo de mucha madurez. Y si quieres ejemplos, piensa en la gente de tu alrededor que deja de ver a sus amigos, asume los proyectos del otro renunciando a los suyos, o, en definitiva, cambia, perdiendo su individualidad y libertad. Otro concepto extendido: el amor está reñido con la libertad.

15 de agosto de 2010

La pasión...

La pasión es tan fuerte que la seguimos recordando mucho después de que se haya desvanecido.
 Una sensación tan abrumadora que puede derribar las murallas que hemos levantado para proteger nuestro corazón. Un sentimiento tan intenso que resurge aunque nos afanemos por mantenerlo enterrado. Sí, de todos los sentimientos la pasión es la que nos da una razón para vivir, y una escusa para cometer toda clase de crímenes.
Es imposible comprender el poder que tiene el amor, puede sostenernos en tiempos duros o motivarnos para hacer extraordinarios sacrificios. Si, todos buscamos el amor, pero algunos, después de haberlo encontrado hubiéramos deseado no haberlo hecho.
 Todos buscamos a alguien, esa persona que pueda aportarnos lo que nos falta en la vida, alguien que pueda ofrecernos compañía, ayuda o seguridad, y a veces, si buscamos mucho, podemos encontrar a alguien que nos aporte las tres cosas. Si, todos buscamos algo y si no podemos encontrarlo...
...sólo podemos esperar para que ese alguien nos encuentre a nosotros.