23 de mayo de 2011

Bendita ignorancia.

Pocas personas saben que todos tenemos un punto ciego en la vista, cuando eres pequeño ese punto puede ser la inocencia.
En esa etapa en la que los mayores te hacen de lazarillo y te van guiando, y tú con una confianza plena en ellos, los sigues.
Luego te preparan para el mundo, sales a él, vas tomando tu propio camino y tus propias decisiones.
Y cuando por fin tienes toda la libertad y toda la responsabilidad que querías, te das cuenta que el mundo de adultos que tanto interés despertaba en ti, deja mucho que desear y te acuerdas de esa bendita ignorancia que te hacía soñar y que ahora sabes que algunas de esas ilusiones jamás se harán realidad.

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