24 de enero de 2011

El beso.

Todos esperamos un beso, de los que pasan a la historia, de los que aunque otra persona esté ahora en tu cabeza y en tu corazón, lo sigas recordando. Besos de infancia, de juventud, de los de para toda la vida.
Que haga que te abandones a ti misma, te entregues a esa persona y que el resto desaparezca. Que solo existáis los dos por un momento, que la respiración se corte y que no sepas si el tiempo pasa muy lento o muy deprisa.
El beso, parece simple, muy cotidiano, pero si canciones, cuadros, personas… se han hecho famosas por el simple hecho hacerlo, debe ser importante.
Ni el marine ni la enfermera que se darían aquel al terminar la Segunda Guerra Mundial podrían llegar a imaginar lo que significaría para el resto del mundo ese beso.

16 de enero de 2011

Año nuevo, mentiras nuevas

Perder peso, dejar de fumar, salir menos, encontrar pareja, ir al gimnasio…
No, esto no es el principio de El Diario de Bridget Jones es el comienzo del año.
Enero y sus (nunca realizados) propósitos de año nuevo.
Es duro resistir la oportunidad de un nuevo comienzo, una oportunidad de dejar los problemas del último año en pasado y seguir adelante.
Me puse a pensar en si el ansia de cambiar nuestra vida era porque los seres humanos nacemos inconformistas y siempre queremos más o si tal vez pecamos de eso; tal vez deberíamos conformarnos ser felices con lo que tenemos, con lo que somos y no esperar más.
Aunque eso puede hacer que nos resignemos y no tengamos el anhelo de cambiar y que todo sea distinto a como es. No creo que ninguno se conforme con su vida tal y como es.
A veces solo necesitamos pensar que todo cambiará.
¿Quién puede determinar cuándo termina lo viejo y empieza lo nuevo? No es un día exacto del calendario, ni un cumpleaños, ni el año nuevo. Es un suceso, grande o pequeño, algo que nos cambia. Lo ideal, sería que nos diera esperanza para una nueva  forma de vivir y ver el mundo. Dejar que se vayan los viejos hábitos, viejos recuerdos… Lo importante es que nunca dejemos de pensar que podemos tener un nuevo comienzo. Pero también es importante recordar que entre toda la mierda hay algunas cosas que realmente vale la pena mantener.

La tribu

¿Recuerdas cuando eras pequeño? Creías en cuentos de hadas, los reyes magos, papa Noel y el ratoncito Pérez.
Fantaseabas sobre cómo sería la vida, te echabas sobre la cama y te abandonabas en tus sueños.
Los sueños parecían tan reales, estaban tan cerca que los podías saborear, pero crecemos y un día abres los ojos y todos esos sueños han desaparecido.
A veces recuerdas las navidades de tu infancia, cuando la esperanza, los sueños, la fe… estaban tan implicados en tu vida que no te imaginabas otra manera de vivir que la que tu concebías; que diferentes son las navidades con el paso de los años…
Hace 40 años, los Beatles preguntaron de dónde provenía tanta gente sola.                                    
Es una contradicción pensar que durante las fiestas que se aproximan donde la familia se reúne y estás rodeado de gente, los expertos piensen que esa unidad familiar sea el motivo por la que las depresiones aumentan y a su vez los números de suicidios disminuyan.
Un proverbio dice que no puedes escoger a tu familia, aceptas lo que te ha deparado el destino y te guste o no, lo quieras o no, lo entiendas o no, la aceptas; pero hay una corriente de pensamiento que afirma que la familia en la que naces solo es un punto de partida, te preparan para el mundo que hay fuera de sus paredes hasta que estás listo para salir y encontrar tu propia familia.

Cambios

Decía John Lennon “La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes”.
Pasamos la vida preocupándonos por el futuro, planeándolo, intentando predecirlo y averiguar cómo será. Si será como lo teníamos pensando.
Desde el día en el que decidimos lo que queremos ser y hacer en nuestro futuro, nos llenamos de esperanza. Esperanzas de los caminos que nos abriremos para llegar a donde tenemos planeado…
Esperanzas de quién seremos, adónde iremos.
Y entonces llega el momento en el que nos encontramos ahí, justo donde queríamos estar.
Y nos sentimos un poco engañados cuando no damos con nuestras esperanzas. Pero a veces, nuestras esperanzas nos desestiman.
El futuro cambia constantemente, el futuro es el hogar de nuestros miedos y de nuestras esperanzas. Pero algo es seguro, cuando por fin se revela el futuro nunca es como lo imaginábamos.  
A veces lo esperado se queda en nada en comparación con lo inesperado. Tienes que preguntarte por qué nos aferramos a nuestras esperanzas… porque lo esperado es lo que nos mantiene firmes, derechos, estables e inmóviles.
Lo esperado solamente es el comienzo. Lo inesperado, lo no planeado… es lo que cambia nuestras vidas.