21 de marzo de 2011

Devenir

Cuando llegó el tiempo, marcado por el destino, de que los seres mortales comenzaran su peregrinaje por la existencia, los dioses encargaron a Epimeteo que fuese repartiendo las cualidades y virtudes entre todas las especies de forma que les sirvieran para evitar su anquilosamiento; y así a unos les dio la fuerza, a otros la astucia y mientras a uno le concedía la agilidad, al otro le dio la resistencia.
Pero Prometeo, que era el supervisor de la operación, se dio cuenta de que al llegar al hombre ya no quedaban facultades para repartir y en esa situación éste resultaba el más indefenso de los mortales.
Dejándolo indefenso y lleno de inseguridades en su peregrinaje por la vida.
Inseguridades.


No hay comentarios:

Publicar un comentario