Decía John Lennon “La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes”.
Pasamos la vida preocupándonos por el futuro, planeándolo, intentando predecirlo y averiguar cómo será. Si será como lo teníamos pensando.
Desde el día en el que decidimos lo que queremos ser y hacer en nuestro futuro, nos llenamos de esperanza. Esperanzas de los caminos que nos abriremos para llegar a donde tenemos planeado…
Esperanzas de quién seremos, adónde iremos.
Y entonces llega el momento en el que nos encontramos ahí, justo donde queríamos estar.
Y nos sentimos un poco engañados cuando no damos con nuestras esperanzas. Pero a veces, nuestras esperanzas nos desestiman.
El futuro cambia constantemente, el futuro es el hogar de nuestros miedos y de nuestras esperanzas. Pero algo es seguro, cuando por fin se revela el futuro nunca es como lo imaginábamos.
A veces lo esperado se queda en nada en comparación con lo inesperado. Tienes que preguntarte por qué nos aferramos a nuestras esperanzas… porque lo esperado es lo que nos mantiene firmes, derechos, estables e inmóviles.
El futuro cambia constantemente, el futuro es el hogar de nuestros miedos y de nuestras esperanzas. Pero algo es seguro, cuando por fin se revela el futuro nunca es como lo imaginábamos.
A veces lo esperado se queda en nada en comparación con lo inesperado. Tienes que preguntarte por qué nos aferramos a nuestras esperanzas… porque lo esperado es lo que nos mantiene firmes, derechos, estables e inmóviles.
Lo esperado solamente es el comienzo. Lo inesperado, lo no planeado… es lo que cambia nuestras vidas.
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